Abstract
Con el boom de internet y de la globalización, el mundo comienza a cambiar vertiginosamente, convirtiendo a la información en un activo capital humano, el cual genera valor y brinda capital educativo y cultural a quien lo posee, y donde las nuevas tecnologías no solo son meras herramientas utilitarias, sino sirven de basamento, canal de trasferencia y difusión para la generación de procesos de aprendizaje en la sociedad del saber.